Acá hay muchísimo que aprender de las formas de la naturaleza.
Por ejemplo, una piña.
Resulta que los pinos querodean nuestra casa, tienen una forma de reproducirse un poco especial. Carentes de las vistosas flores con pétalo y pistilo, sus semillas no se encuentran dentro de un fruto comestible sino que aparecen encerradas dentro de la piña.
Desnuda, casi grotesca, la piña es capaz de desarrollar y albergar en su interior el tesoro de sus semillas aladas.
Sus escamas tienen una sorprendente estructura leñosa que se va secando y curvando, modificando su forma para permitir su apertura. En su interior reposan las semillas cuyas alas se encuentran a la espera del movimiento.
El viento roza la piña,
que abierta lo recibe y lo espera.
Suelta sus semillas.
De su interior vuela una semillas,
cae y gira.
Como en un baile con el viento,
deja atrás la dureza de la piña,
para moverse con toda la liviandad
que le provoca ser libre.
que abierta lo recibe y lo espera.
Suelta sus semillas.
De su interior vuela una semillas,
cae y gira.
Como en un baile con el viento,
deja atrás la dureza de la piña,
para moverse con toda la liviandad
que le provoca ser libre.
