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Una Piña

Hay mucho que aprender de las formas de la naturaleza. Por ejemplo de una piña.
Resulta que los pinos que rodean nuestra casa, tienen una forma de reproducirse un poco especial. Carentes de vistosas flores con pétalo y pistilo, sus semillas no se encuentran dentro de un fruto comestible sino que aparecen encerradas dentro de la piña.
Desnuda, casi grotesca, la piña es capaz de desarrollar y albergar en su interior el tesoro de sus semillas aladas. Sus escamas tienen una sorprendente estructura leñosa que se va secando y curvando, modificando su forma para permitir su apertura. Deseosa, la piña espera el momento que el viento la roce y la suelte. Entonces, cae, en linea vertical y a velocidad constante, buscando el suelo. De su interior vuela una semilla alada. Cuya delicada y perfecta forma le permite otros movimientos.
La semilla vuela, cae y gira; en un perfecto-imperfecto espiral. El viento la roza, la empuja y la envuelve. Atrás queda el peso de la dura piña. Liviana se mueve con el viento y se dispersa a un suelo propenso.
Lejos, en otro sector del bosque, donde pega el sol del invierno, las piñas crujen, las ramas se mueven con el viento; piñas caen; vuelan semillas. Se inician nuevos ciclos.
Cuando vengas llévate una piña para recordar que de su rigidez brotan semillas aladas.
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Tilda